26 abril, 2007

TRISTE DESPEDIDA

para el ángel que cuida mis pasos,
el ángel que no se va de mi lado,
mi primito consentido.

Cuando no queda más que el recuerdo,
cuando los sentidos no responden,
cuando la distancia y el mundo nos separa,
cuando nada queda,
es cuando la vida se torna interesante,
es cuando hay que luchar por no olvidar.

Qué precio tan alto pagamos, niño,
por el sentimiento, la ilusión y el deseo.
Ese asombro que causaban las estrellas
fue lo que nos acabó, lo que nos separó.

Bastó un instante, y todo se fue.
Ahora solo queda la lucha contra toda ira,
la fuerza que me das para continuar.

Ahora que la distancia parece inmensa,
ahora que los ojos no te ven,
el corazón es tu morada, y
los ojos del alma ven tu sonrisa;
y pareciera que esos astros llenan
el vacío tan grande que hay dentro.
Tan solo llenaron la ilusion, para
así acabar con todo lo hermoso de una vida
que al parecer no tenía sentido alguno,
pero dio, al menos la dicha
de un amor aún mejor...
18/01/04

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